Taínos, Obama y China

Por Issac Miguel

“La humanidad es como es, no se trata de cambiarla sino de reconocerla.” Gustavo Flaubert




De las numerosas razas que forman el ser viviente que escribe cada semana en este medio, creo que la parte taína es la más determinante a la hora de nosotros tomar cualquier decisión, errada o acertada.

El taíno que habitó en la parte norte de Suramérica y todas las antillas antes que los visitantes de la Madre Patria nos invadieran, era noble, paciente, humano y pacífico. Nuestros ancestros nunca fueron caníbales, razón por lo cual fueron los indígenas favoritos de los conquistadores. Ellos eran personas del hogar, lo amaban. Los hombres cazaban, pescaban y jugaban el batu. Las mujeres, idolatradas por sus maridos, atendían el conuco, a los niños y sembraban yuca en los yucayekes.

La tierra de los taínos era morada de gente pacífica, pero valientes y bravos guerreros a la hora de defenderse. Los taínos no te daban una puñalada por la espalda y luego te llamaban el médico. No, ellos le daban el frente al problema con coraje y con una decisión tomada: o quiere guerra o quiere paz.

Los demócratas se parecen a los taínos (en la parte pacífica) cuando buscan el voto de los ciudadanos, pero a la hora de enfrentar una avalancha de sus contrarios, tiran la toalla. No tienen la parte guerrera de nuestros antepasados. Esta es la razón por que los republicanos siempre les comen los dulces.

El ejecutivo y el congreso tienen a los demócratas a la cabeza. Llegaron a sus puestos vía elecciones con una campaña muy bonita y con riesgos a tomar que sorprenden a los votantes. ¿Que pasa? Que a la hora de tocar los temas delicados que no favorecen a sus contrincantes, los demócratas se rajan.

El pueblo norteamericano “se botó” votando en las elecciones presidenciales a favor del Presidente Obama y los representantes de su partido en el congreso. Creía que tendría trabajo y salud asegurado. Los republicanos les han boicoteado todas las iniciativas a los demócratas. El ejecutivo no sabe que hacer y más cuando le tocan la tecla del piano que él no quiere oír: las elecciones del 2012. Si no cumple lo que prometió, a sembrar tomate y ajíes en su huerta de Chicago.

Tenemos un año y algo de la administración Obama. La economía luce igual. Los dueños del país, los petroleros y las gasolineras, haciendo lo que le venga en ganas. Mientras tanto a nosotros que nos lleve quien nos trajo.

A la receta del sancocho se le agrega el ingrediente de China. Otro encontronazo que no se veía llegar. Las relaciones entre los rojos asiáticos y los gringos andaban de maravillas, pero parece que la luna de miel está por llegar a su fin entre estos dos colosos. Por el simple hecho de hacer más millonarios a los fabricantes de armas y sus secuaces, el ejecutivo autorizó vender aviones de guerras a Taiwan, un país que China considera parte de su territorio.

También se habla de una visita que hará Obama al Dalai Lama. Otra lastimada en la herida ya abierta del país asiático. ¿Qué se gana con esto? ¿Superar la crisis? No creo.

Mientras tanto, el pueblo norteamericano sigue esperando el tan sazonado proyecto de salud, la recuperación de la economía y las leyes migratorias para los millones de inmigrantes que residen en este país. Si el presidente no resuelve antes del 2012, lo veo feo para la foto y mal arreglado para el video.

issacjm@hotmail.com