Thursday, November 12, 2009

El abuso de confianza…un mal que prolifera

En Comunión
Por Issac Miguel

El abuso de confianza…un mal que prolifera

“Pocos hombres tienen la fuerza de carácter suficiente para alegrarse del éxito de un amigo sin sentir cierta envidia.” Esquito

La confidencialidad es un principio ético que muchos profesionales de la medicina, derecho, religión, periodismo, etc. acatan cuando reciben sus títulos como profesionales de las ramas que escogieron. Es el secreto que una persona deposita en estos facultados y que no puede ni debe ser discutido ni divulgado a terceros.
Un médico no puede decirle a su esposa o amigos, por ejemplo, que tal paciente está padeciendo de una enfermedad terminal o contagiosa. Lo mismo sucede cuando los católicos van a confesarse delante del cura párroco. Un técnico no puede divulgar las tecnologías que una empresa usa en su producción porque se le tiene prohibido. El paciente tiene confianza en el médico, así como el que se confiesa la tiene frente al cura y la empresa tiene confianza en sus técnicos para que no propaguen sus secretos. Si lo hacen, cometen un delito; y en un delito, el abuso de confianza constituye una circunstancia agravante.
Todo se basa en la confianza. La gente lleva su dinero a los bancos porque tiene confianza en esa entidad. El que trabaja lo hace porque confía en que tendrá su cheque cada semana o quincenal y el que sube a un avión, confía en que el aparato está en perfecta condiciones para volar. O sea, que todo lo que nosotros hacemos en la vida, está inspirado en el nivel de confianza que tenemos en las cosas y en las personas.
Podríamos entonces definir confianza como la esperanza que tiene una persona de contar con una promesa dada, esto significa, que lo que le estamos diciendo, no va a ser propagado como el gas de una estufa.
Hay muchas razones para que una persona tenga confianza en otra. El tiempo de amistad, lazos familiares, profesionalidad en la persona que damos confianza…etc., siendo la más importante a mi entender, la necesidad que tiene una persona para desahogarse.
Muchas personas guardan secretos que no pueden contener. Los secretos llevan a esta gente a sufrir de estrés, depresiones, tonteras y hasta de esquizofrenia. En el ciudadano común, el abuso de confianza se ha expandido como pólvora. Se llama abuso de confianza cuando alguien hace mal uso de la confianza que le ha sido depositada.
Teresa se lo dice a Manuela. Manuela no se puede contener y se lo dice a Raquel advirtiéndole “que no pase de ti”. Raquel corre y se lo comenta a Enrique previniéndole que no se lo diga ni al diablo que se le aparezca al mismo tiempo que lo obliga que lo jure por su santísima e idolatrada madre querida. Así el secreto de Teresa pasa de “boca en boca” como si todos vivieran en un “pueblo chico, infierno grande”.
Hay humanos, que por brutalidad, no pueden contenerse. “Si me cayo me muero”, “Prefiero perder un amigo a que me de un infarto”, “Este silencio me inquieta, tengo que escupirlo”, “Cuando yo estuve en la cárcel, Victoria fue la primera que lo regó, así que me la desquito”, “No puedo, me va a dar una “vaina” por mantener esta jodienda en mi cabeza”, “tengo que decírselo a alguien, porque si muero, nunca se sabrás la verdad.” El fin común es no mantener el secreto.
A todos nos ha pasado. Le ha pasado a Luis porque me lo ha dicho y también a Daniel, Rosa, Migdalia, Pedro, Willy y Concha. Le ha pasado al “Güero” y a “Cuchimpú”, A “Reka” y al “Cilindro”. A Rolando, a Lourdes, Edgar, Mariana, Rodolfo, Marcial, Sergio, Nicolás, Juan Carlos, Eduardo, Manuel, María, Andrés, Kelvin, Vesta, Víctor, Pascual, etc.…etc. El abuso de confianza nos ha afectado a todos.

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