Sunday, December 6, 2009

Honduras: ¿Y ahora que?

En Comunión
Por Issac Miguel

Honduras: ¿Y ahora que?

“Casi no hay cosa imposible para quien sabe trabajar y esperar.” (Fenelón)

A la hora de escribir este artículo, el congreso de la República de Honduras, está reunido para determinar si el depuesto Presidente Constitucional Mel Zelaya va a ser restituido en el cargo. Dos horas después que lo terminé, los congresistas dijeron que no, Mel no regresa. Las cosas pintan fea para el pobre Mel ya que la Corte Suprema de Justicia determinó la semana pasada que Zelaya no podía ser sentado en la “silla de alfileres” presidencial hasta que no responda a la justicia por varios delitos incluido uno que tilda al legítimo presidente de “traidor a la patria”.
Según la Corte Suprema (así debe llamarse debe Corte Suprema de Justicia y no Suprema Corte de Justicia como la llaman en algunos de nuestros países con el idioma español de oficial) Zelaya cometió un delito al querer convocar un referéndum para preguntar a los votantes si estaban dispuesto a modificar la Constitución del país para permitir la reelección presidencial, algo que prohíbe el articulo 239 de la Carta Magna hondureña.
Como los jueces del tribuna más alto de la justicia de los Lencas, Chortis, Garífunas, Isleños, Sumos, Tolupanes, Pech, Misquitos y los árabes, chinos, coreano y otros que se han nacionalizados como hondureños; apuntaron solamente sus vistas a ese artículo del referéndum y no a lo que era en realidad, llamaron a Zelaya “traidor” y dieron una orden “suprema” para que lo “destutanaran” del poder.
Mel quería una constitución moderna adaptada al siglo 21, pero eso le valió la presidencia. 5 meses esperando que lo restituyan y nada. Lo que quizás Mel desconozca (ha sido más hacendado que político) es que las fuerzas de la derecha en toda la región debajo del Río Grande, andan serpentinamente acechando cualquier debilidad de los gobiernos liberales para “comerles los dulces”.
Y debe de haber aprendido dentro de la embajada de Brasil donde está refugiado, que ese núcleo derechista latinoamericano tienen como patrocinadores al Pentágono y el Congreso derechista de los Estados Unidos que son los que al parecer dominan esta situación en Honduras.
Ellos nadan en sus mejores aguas bajo la presidencia de Barack Obama. Vuelan con más libertad que lo que pudieron volar en la era de Bush. En el 2002 intentaron tumbar a Chávez, el plan falló. Sabían que lo desacreditada que estaba la administración Bush en Latinoamérica no le convenía andarse con travesuras.
Durante Obama se dio el golpe de Estado en Honduras. Se dice que varios jefes militares y el vicepresidente de Paraguay querían echar del poder a Fernando Lugo, éste se dio cuenta a tiempo. Movió el cuerpo castrense, pero al vicepresidente no lo podía mover. Las malas lenguas paraguayas dicen que sabiéndose de esta garantía Federico Franco, el vicepresidente derechista, anda buscando que la gente del Congreso haga lo que las botas no pudieron hacer.
Para Obama, América Latina no es prioridad. Anda muy ocupado con las tropas que enviará hacia Afganistán, con el lío de donde mandar los presos de Guantánamo, la ley de salud, China, Irán y el cuento que nunca acaba: las bombas atómicas. No podemos dejar de mencionar el tiempo que le dedica a su bella esposa Michelle y a sus dos pequeñas hijas.
En el caso de Honduras, en la tierra de Francisco Morazán, parece que lo que dijo el presidente boliviano Evo Morales en estos días es cierto: “Lo único que cambió en los Estados Unidos es el color del presidente”.

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